«Ganas de casa, ganas de mar y muchas ganas de Miquelete», último mensaje de Carmen Chacón
La ex ministra de Defensa Carmen Chacón fallecía, en la madrugada del domingo, en su domicilio de Madrid, a los 46 años de edad, víctima de la enfermedad congénita que padecía.
Una problema de salud de la que ella misma hablaba hace un año en una entrevista concedida a «La Vanguardia».
«Para mí la vida es un privilegio. Tengo una cardiopatía congénita y eso me hace pensar que todos los días son un regalo».
«Tengo un corazón que late a 35 pulsaciones por minuto, el corazón al revés, revelaba. «Un bloqueo auricular y ventricular completo. Desde muy niña me advirtieron que debería llevar un marcapasos y una vida muy tranquila».
A pesar de las advertencias médicas, Chacón siempre tuvo claro que quería ser madre. Y así lo hizo hace ocho años junto a su entonces marido, Miguel Barroso.
«Cuando nació mi hijo la primera pregunta fue relativa a su corazón. Ya se veía que no tenía nada pero cuando desperté fue lo primero que pregunté. Ese temor lo tienes siempre porque vives con él».
Un hijo, al que apodan Miquelete, y que fue el destinatario del último mensaje de la dirigente socialista en las redes sociales, horas antes de morir.
Junto a una fotografía de las nubes, tomada desde el avión que la traía de vuelta de Miami, donde había dado una conferencia, Chacón escribía: «Volando sobre el Océano rumbo #madrid #ganasdecasa #ganasdemar Y muuuuchas ganas de @miquelete1».
Un encuentro que no pudo producirse. A las 1:53 am. del domingo, la política se conectaba al whatsapp por última vez. Su corazón enfermo dejó de latir minutos después pero su fallecimiento no sería certificado hasta horas más tarde.
Fue una amiga, con la que había quedado para almorzar, la que dió la voz de alarma cuando Chacón no acudió a la cita ni contestaba a sus llamadas.
Tras alertar a familiares y amigos, dio aviso a la Policía, que se personó en la vivienda junto a los Bomberos, que forzaron la puerta de la vivienda, en cuyo dormitorio yacía el cuerpo sin vida de la ex ministra.
Hija de un bombero almeriense (Olula del Río), la abogada tenía previsto pasar unos días de descanso en la tierra natal de su padre, lugar a donde solía acudir en vacaciones pues poseía un chalet a orilla del mar, en la paradisíaca localidad de San Juan de los Terreros (Pulpí).
Una problema de salud de la que ella misma hablaba hace un año en una entrevista concedida a «La Vanguardia».
«Para mí la vida es un privilegio. Tengo una cardiopatía congénita y eso me hace pensar que todos los días son un regalo».
«Tengo un corazón que late a 35 pulsaciones por minuto, el corazón al revés, revelaba. «Un bloqueo auricular y ventricular completo. Desde muy niña me advirtieron que debería llevar un marcapasos y una vida muy tranquila».
A pesar de las advertencias médicas, Chacón siempre tuvo claro que quería ser madre. Y así lo hizo hace ocho años junto a su entonces marido, Miguel Barroso.
«Cuando nació mi hijo la primera pregunta fue relativa a su corazón. Ya se veía que no tenía nada pero cuando desperté fue lo primero que pregunté. Ese temor lo tienes siempre porque vives con él».
Un hijo, al que apodan Miquelete, y que fue el destinatario del último mensaje de la dirigente socialista en las redes sociales, horas antes de morir.
Junto a una fotografía de las nubes, tomada desde el avión que la traía de vuelta de Miami, donde había dado una conferencia, Chacón escribía: «Volando sobre el Océano rumbo #madrid #ganasdecasa #ganasdemar Y muuuuchas ganas de @miquelete1».
Un encuentro que no pudo producirse. A las 1:53 am. del domingo, la política se conectaba al whatsapp por última vez. Su corazón enfermo dejó de latir minutos después pero su fallecimiento no sería certificado hasta horas más tarde.
Fue una amiga, con la que había quedado para almorzar, la que dió la voz de alarma cuando Chacón no acudió a la cita ni contestaba a sus llamadas.
Tras alertar a familiares y amigos, dio aviso a la Policía, que se personó en la vivienda junto a los Bomberos, que forzaron la puerta de la vivienda, en cuyo dormitorio yacía el cuerpo sin vida de la ex ministra.
Hija de un bombero almeriense (Olula del Río), la abogada tenía previsto pasar unos días de descanso en la tierra natal de su padre, lugar a donde solía acudir en vacaciones pues poseía un chalet a orilla del mar, en la paradisíaca localidad de San Juan de los Terreros (Pulpí).
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