Un terremoto y un portazo en la cara en el accidentado día de la Familia Real
Mientras que a los Príncipes de Asturias los despertaba esta madrugada el terremoto de 5,6 grados en la escala Richter que se ha producido en Chile, país donde se encuentran de visita oficial; a Su Majestad el Rey le daba los "buenos días" un temblor menos intenso pero infinitamente más doloroso.
Al parecer, el monarca, gran madrugador, se disponía a primera hora de la mañana a salir de su alcoba justo en el momento en el que su ayuda de cámara decidía entrar en la estancia y la casualidad ha querido que tan fatal coincidencia haya acabado con la puerta incrustada en el rostro de Don Juan Carlos.
Y, así, con un ojo amoratado y la naríz cubierta de apósitos es como ha tenido que acudir a recibir las acreditaciones de los nuevos embajadores de Sudán, Malasia, Bélgica, India y Chipre.
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