Famosas, cual Míster Potato

Ha sido embadurnarme las uñas con la laca 427 Diabolic de Chanel y convertirme en un idem. Con toda la mala leche del mundo, lo reconozco, me he propuesto desmontar algunos mitos de bellezas perfectas, de famosas que vuelven locos a los hombres y matan de envidia a las mujeres. Y empiezo por la Pataky, una rubia de proporciones sobrenaturales y rostro angelical, aunque esto no siempre fue así:



Continúo con Pilar Rubio, el oscuro objeto de deseo de las grandes cadenas de televisión, el amor platónico de Paolo Vasile, la relación imposible de Emilio Aragón. Una gran presentadora y, por lo que cuentan, mejor persona... absolutamente, ideal. Aunque a ella, el paso del tiempo le ha servido para mejorar, a juzgar por la imagen que sigue:



Igual caso que el anterior se presenta con la simpatiquísima Patricia Conde, que debe de aborrecer aquello de que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Seguro que todavía se estará acordando de la madre del que le hizo las fotos en Jamaica:



Por último, me cebo con Angelina Jolie porque, aparte de ser pelín rarita, le robó el marido a Jennifer Aniston, tuvo un romance con Mick Jagger (que hay que tener estómago), se tatuó el nombre del marido en el "mismísimo" (que ya lo tiene que tener grande, porque el hombre se llamaba Billy Bob Thorson) y, además, hace años tenía la cara como un pan de pueblo y la naríz del Señor Potato:



Ay, ¡qué a gusto me he quedado!