La templanza de Marco Antonio Chenel en el entierro de su padre
Numerosos rostros conocidos del mundo del toro, la política y la comunicación quisieron dar ayer su último adiós al torero Antonio Chenel "Antoñete", fallecido en la tarde del sábado pasado tras una bronconeumonía derivada de un enfisema pulmonar que llevaba padeciendo varios años.
Toreros de la talla de Cayetano, Enrique Ponce, Juan Mora, Víctor Puerto, César Rincón o Curro Vázquez; presentadores como Ramón García o Cristina Tárrega, y artistas como Charo López, Jaime Urrutia o Caco Senante acompañaron a la viuda, los hijos y los nietos del matador durante la capilla ardiente instalada en la Monumental de las Ventas.
En una ceremonia sin estridencias, gran cantidad de público anónimo iba entrando en la Sala Alcalá de la madrileña plaza para rendir homenaje al diestro. Allí llamó poderosamente la atención la templanza y serenidad de la familia y, en concreto, de Marco Antonio, el hijo pequeño del maestro, que a sus 12 años dió una auténtica lección de saber estar.
Acompañando a su madre, recibiendo las condolencias de la presidenta de la CAM o encabezando la comitiva fúnebre que sacaba el féretro de su padre por la Puerta Grande, el benjamín de la dinastía hizo cierto el dicho de que "de casta le viene al galgo".
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