Sara Montiel arrasa en Internet con la venta de su mansión "online"
El otro día fuí a una entrevista de trabajo en un prestigioso diario económico con la esperanza de que acabara por fin mi extenso periodo de sequía laboral. No os voy a contar cómo fue el encuentro lo que sí os diré es que de haber estado presente Eva Hache, hubiera tenido material para dos de sus programas del Club de la Comedia...
Resumiendo, que lo que me dijeron es que a mis 36 años superaba "con creces" la media de edad de la redacción y que mis pretensiones económicas (alrededor de 1.200 € mes) eran inalcanzables para la empresa. Así que con un "pero qué invento es esto" abandoné las oficinas y me dirijí al chino más cercano a comprarme un bastón y pan para echar a las palomas.
Consciente, además, de mi nuevo papel de vieja gloria de la profesión periodística me decidí a buscar remedio al incierto futuro de mi cuenta corriente y opté por sellar un boleto del Euromillón. Y, como en el anuncio, me puse a soñar...
Y me imaginé en dislocadas noches de marcha junto a mis coetáneos Luis María Ansón y José María Carrascal en el Café de Gijón; dando largos paseos con Marujita Días en mi Ford de 1933 y, cómo, no, comprándome una gran masión, con todas las comodidades para una anciana como yo. Y ahí lo tuve claro. Cuando me toque la lotería me pienso comprar la casa de Sara Montiel, que tiene un "Luis XVI", otro de mi edad:
Resumiendo, que lo que me dijeron es que a mis 36 años superaba "con creces" la media de edad de la redacción y que mis pretensiones económicas (alrededor de 1.200 € mes) eran inalcanzables para la empresa. Así que con un "pero qué invento es esto" abandoné las oficinas y me dirijí al chino más cercano a comprarme un bastón y pan para echar a las palomas.
Consciente, además, de mi nuevo papel de vieja gloria de la profesión periodística me decidí a buscar remedio al incierto futuro de mi cuenta corriente y opté por sellar un boleto del Euromillón. Y, como en el anuncio, me puse a soñar...
Y me imaginé en dislocadas noches de marcha junto a mis coetáneos Luis María Ansón y José María Carrascal en el Café de Gijón; dando largos paseos con Marujita Días en mi Ford de 1933 y, cómo, no, comprándome una gran masión, con todas las comodidades para una anciana como yo. Y ahí lo tuve claro. Cuando me toque la lotería me pienso comprar la casa de Sara Montiel, que tiene un "Luis XVI", otro de mi edad:
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